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Mostrando entradas de junio, 2025

Juliana, con J de Juicio y de Juego de Sir Manoiká

No sé si escribes con tinta o con sangre, pero tus palabras huelen a piel que aún recuerdo. Tienen ese filo suave que no corta— seduce. Tú no escribes: poses. Desnudas las sílabas como quien se desabrocha el alma por el puro gusto de que la vean latir. Hay una guerra en tu boca y paz en tus caderas. Eres esa contradicción que reza con la lengua mientras peca con los muslos. Juliana, con J de juicio y de juego, con lengua de volcán y manos de iglesia. Te leí… y ahora tengo las rodillas débiles y el deseo de volverme libro solo para que me abras en tu página más íntima. No hay metáfora que te contenga: ni agua, ni luna, ni selva. Eres verbo en carne viva. Y yo, un lector sin salvación, leyéndote con los ojos cerrados y el alma abierta. Pd: Me duele pensar que eres mi ex. Juliana, con J de Juicio y de Juego Latidos Sir Manoiká.

Arquitecto de espejismos de Sir Manoiká

Construyo mundos en ruinas, palacios de aire y humo, donde el perdón es un espejismo y la verdad, un juego de espejos rotos. Diseñé los mapas del olvido, tracé rutas sin salida, vendí la esperanza al mejor postor y cobré en monedas de sombra. Soy el artesano de los abismos, el mago que transforma el dolor en cadenas invisibles, el relojero que detiene el tiempo en la agonía de un segundo eterno. Hice de la culpa una corona, y de la indiferencia un trono, coroné reyes sin rostro, que gobiernan el reino del silencio. He vendido la luna a los ciegos, y el fuego a los que temen arder, prometí cielos de papel y di tempestades de acero. ¿Quién soy? Me preguntas. Soy la mentira que abraza, el veneno que calma, el arquitecto invisible de tu peor pesadilla. Pero, cuidado, porque en este laberinto de espejos, a veces, el cazador se vuelve presa, y el arquitecto, su propia creación. Arquitecto de espejismos Sir Manoiká

Soy el eco del silencio roto de Sir Manoiká

Soy el eco del silencio roto, el grito que nadie escucha, la sombra que pisa sin dejar huella, el lamento envuelto en capas de mentira. He escrito con manos ensangrentadas los relatos que nadie contó, he sellado destinos con palabras falsas, he vendido almas en mercados sin rostro. Soy el guardián de puertas cerradas, el que calla mientras el mundo arde, el verdugo disfrazado de salvador, el ladrón que roba esperanzas. Arranqué la risa de los niños, apagué la luz en sus ojos, dejé que la inocencia se desangrara en los rincones olvidados del tiempo. Fui cómplice de miradas esquivas, de promesas rotas, de pactos de hierro, de esos que construyen imperios sobre huesos y cenizas. Me llaman protector, me llaman juez, pero soy la mancha que nunca se borra, la cicatriz profunda en la carne viva, la verdad que nadie quiere ver. Soy la historia que se niega a morir, la culpa que no sabe pedir perdón, el susurro frío en la madrugada, la voz rota que busca redención. Y si...

Yo no sé de poesía por Sir Manoiká

Yo no sé de poesía. No estudié métricas, ni hablo en endecasílabos. No domino los nombres ilustres, ni tengo libros con mi nombre en letras doradas. Pero a veces mi pecho se rompe sin ruido y algo adentro me obliga a escribir. Como quien sangra para no explotar. A mí la poesía me encontró una noche sin nombre, cuando el mundo dolía más de lo que podía decirse y el silencio me quedaba chico. Desde entonces, escribo. No para lucirme. Escribo para no morirme del todo. Yo no sé si esto que hago es poesía, pero sé que en cada verso hay un pedazo de mí que ya no vuelve. Mi infancia, mis miedos, las veces que amé y no me amaron, mi padre cuando callaba demasiado, mi madre cuando lloraba sin saber que yo la oía. A veces escribo con rabia. Otras, con ternura. Y a menudo, con un nudo en la garganta que nadie ve. Escribo porque no sé rezar, pero esto me sirve igual. Porque a veces Dios no contesta pero un poema sí. La poesía, si me preguntas, es ese lugar donde puedo llorar sin que me pregunten p...

Qué es poesía según Sir Manoiká

 Poesía es cuando el alma no cabe en el pecho y se derrama por la lengua como vino viejo que ya no quiere silencio. Es la sangre escribiendo con letra de herida. La lágrima que se negó a caer pero se quedó temblando en el borde del verso. Poesía no es rima, es ruina. Es el susurro del niño que fuiste y que aún llora en tus madrugadas. Es cuando el cuerpo ama pero no alcanza, cuando el grito es tan hondo que sólo puede decirse con belleza rota. Poesía es el eco de todo lo que callaste. El refugio de los que sienten más, de los que no saben mentirle al corazón ni fingirle al alma. Es mirar el mundo y no entender cómo puede seguir girando con tanto dolor bajo la alfombra. Poesía es besar con palabras a quienes ya no están. Es hablarle al vacío como si te respondiera. Es el hambre del espíritu, la sed del que ha amado demasiado, la fiebre del que recuerda aunque le duela cada memoria. Poesía es escribir para no morir. Es morir un poco para poder escribir. Es ese lugar donde uno se encu...